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¿REALMENTE LA DIETA INFLUYE EN EL CURSO CLÍNICO DEL TDAH?
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es el trastorno del neurodesarrollo más frecuente en la infancia, con una prevalencia estimada entre el 5-8% según las series publicadas. En la actualidad se ha convertido en la explicación neurocognitiva a todo fracaso en la eficiencia para realizar y alcanzar las diversas exigencias académicas, sociales y laborales en todas las etapas de la vida y es uno de los motivos mas frecuentes de consulta en forma de dificultades en el aprendizaje o trastorno de conducta.
A pesar de tener una base genética bien conocida, está influenciada en gran medida por factores ambientales y biológicos, por lo que existen múltiples investigaciones dirigidas a comprender la neurobiología de este trastorno (genéticos, neuroquímicos, neuropsicológicas y neuroimagen funcional).
Es un trastorno con una clara influencia ambiental, que ahí que su relación con nuestra dieta sea en la actualidad un tema de controversia entre los diversos profesionales que los tratamos y una de las primeras preguntas que los padres te refieren cuando una vez diagnosticado el niño, decidimos iniciar un tratamiento farmacológico.
A pesar de tosas las investigaciones realizadas en este campo, existen controversias a cerca del papel que juega la dieta y los suplementos dietéticos en la etiología y el tratamiento del TDAH, principalmente en lo referido a la alteración en los depósitos de hierro (ferritina) y de Zn y el uso exclusivo de ácidos grasos (omega 3 y 6) como tratamiento no farmacológico de este trastorno.
Ya realizamos una revisión del tema en nuestra web neuropedwikia (http://neuropedwikia.es/content/¿influye-nuestra-dieta-en-el-trastorno-por-deficit-de-atencion-e-hiperactividad), pues en ocasiones es la opciónde tratamiento preferida por algunos padres y médicos como alternativa o complemento al tratamiento con psicoestimulantes.
Este planteamiento se basa en algunos estudios que consideran que estilo de dieta occidental rica en grasas, azúcares refinados, sodio y baja en fibra, ac. Grasos esenciales (omega 3 y 6)… pueden repercutir en el curso del mismo, y plantean la posibilidad de una mejoría sintomática con la eliminación de la dieta de determinados azúcares, aditivos, colorantes y conservantes alimentarios, salicilatos (Dieta Feingold). Si embargo estas pautas restrictivas de la dieta no figuran como opción recomendada en las guías de tratamiento de la Asociación americana de pediatría ni en las guías NICE del Reino unido.
Se valoran fundamentalmente 3 elementos dietéticos
1.- Suplementos con ácidos grasos esenciales (Omega 3 y 6), cuyos niveles bajos en sangre han sido descritos con mayor frecuencia en pacientes con TDAH en comparación con controles sanos. Suplementos de 300-600 mg/día de omega 3 y 30-60 mg/d de omega 6 ha mostrado disminución de la inatención, hiperactividad e impulsividad en algunos niños con TDAH sin efectos adversos reseñables.
2.- Zinc: funciona como cofactor para el metabolismo de algunos neurotrasmisores, ácidos grasos y regula el metabolismo de la dopamina, la cual, es crucial en el TDAH. La suplementación de de la dieta con Zn, no esta bien establecida y aunque a priori está exenta de riesgo, no existe suficiente evidencia para su recomendación.
3.- Hierro (Fe): la deficiencia de Fe, produce una disfunción del sistema dopaminergico y por tanto, al igual que en otros trastornos neurológicos como el Síndrome de piernas inquietas, el metabolismo del Fe, podría estar relacionado con su fisiopatología. Algunos estudios, han objetivado una mejoría de la sintomatología nuclear del TDAH, suplementado con sulfato ferroso a niños diagnosticados de TDAH con niveles de Fe (Ferritina) por debajo de 50 mcg/L.
La exclusión de alimentos que contengan gluten, lactosa…etc no ha demostrado influir en el TDAH y por tanto desaconsejamos y condenamos completamente la realización de esta práctica sin consultar con su medico ni realizar los estudios pertinentes.
A pesar de todo, las demanda actual, de llevar a plantearnos nuevas estrategias en el manejo de nuestros pacientes, y aunque no debemos recomendar a priori una dieta restictiva, si debemos tener en mente la posibilidad de solicitar una analítica a todos aquellos niños con trastornos del neurodesarrollo como el TDAH, o al menos en aquellos que no respondan adecuadamente al tratamiento farmacológico, pues si detectamos un deficiencia en alguno de estos metales, podemos realizar una prueba terapéutica, suplementado la dieta con sulfato ferroso, Zn u omega 3 y 6 sin a penas efectos adversos y con una posible mejoría de la sintomatología.