Mujer, trastorno del espectro autista (tea) y la necesidad de encajar

trastorno del espectro autista y mujer . Camuflaje social

El Trastorno del espectro autista (tea) es un trastorno del neurodesarrollo complejo y altamente heterogéneo desde el punto de vista causal y clínico, así como según la edad o etapa del desarrollo en el que lo valoremos, el género del paciente y las patologías que con frecuencia asocia.
Debemos considerar por tanto el concepto de “tea” como un “término general” utilizado para describir y englobar bajo el mismo nombre a un grupo de trastornos diferentes entre sí desde el punto de vista clínico y funcional, pero que comparten unos síntomas comunes y característicos (déficits en la comunicación social y conductas sensoriales y/o motoras restringidas y repetitivas).
Son trastornos de origen neurobiológico e inicio en la infancia que presentan una evolución crónica y diferentes grados de afectación y adaptación funcional según el caso, el momento evolutivo, el desarrollo cognitivo y/o en el área del lenguaje.

Si bien afecta tanto a hombres como a mujeres, la prevalencia del tea es claramente mayor en varones con una proporción de 4:1 (1 de cada 38 vs 1 de cada 152).  Sin embargo, es posible que esta diferencia de género no sea tan grande, y una proporción significativa de mujeres tea este siendo diagnosticadas de forma tardía, o directamente no diagnosticadas, y por tanto no estén recibiendo el tratamiento y apoyo necesario que les permita evolucionar de forma correcta.
Por lo tanto, es fundamental describir algunos aspectos potencialmente distintivos de la presentación del tea en mujeres.

Las niñas y mujeres con tea generalmente se diagnostican más tarde que los niños y varones adultos.

¿ Cómo son las niñas y mujeres con tea?

Como ya hemos dicho anteriormente, las mujeres con tea en general puedan presentar síntomas ligeramente diferentes que los hombres, en particular las niñas sin discapacidad intelectual o del lenguaje.
Las niñas podrían tener menos comportamientos repetitivos/restringidos que los niños durante la infancia. Estos comportamientos, además podrían ser distintos. A diferencia de los intereses restringidos en objetos inanimados descritos con frecuencia en varones con tea, muchas mujeres tienden a tener intereses restringidos relacionados con personas y animales (celebrities o mascotas).
Además, las niñas con tea tienden a participar en juegos imaginativos y simulados a edades más tempranas, y su discurso puede contener más palabras relacionadas con las emociones.
También se ha observado que las mujeres con tea suelen tener una mayor conciencia y deseo de interacción social, propensión a imitar a otras personas en las interacciones sociales y tendencia a camuflar sus dificultades desarrollando estrategias de afrontamiento.
Otras particularidades adicionales descritas en mujeres con tea incluyen tendencias perfeccionistas y trastornos relacionados con la alimentación.

Se piensa que las mujeres precisan tener más síntomas y que estos sean más graves para identificarlas. Es como si camuflaran los síntomas mejor que los varones. Esta forma de disimular su sintomatología podría expresarse como una modificación de su expresión emocional o social de cara al exterior, por ejemplo, obligándose a mantener un adecuado contacto visual, mostrando expresiones faciales o incluso interpretando un papel, en el que suprimen comportamientos inapropiados o peculiares para parecer más neurotípicos.

¿Cómo se Camuflan socialmente y pasan desapercibidas?

En general, la mayoría de los adultos diagnosticados en la infancia suelen mostrar con el tiempo una reducción en los síntomas. Las personas con tea desarrollan diversas estrategias a lo largo de su vida para ajustarse a las demandas sociales.
Una de estas estrategias es el “camuflaje social”, definido por la capacidad para ocultar comportamientos asociados a tea mediante el uso de técnicas explícitas para parecer socialmente competentes, y evitar que otros vean sus dificultades.
Alguno de estos comportamientos podría ser por ejemplo obligarse al contacto visual cuando habla con otra persona, o desarrollar su lista de temas apropiados para la conversación.

El camuflaje es impulsado por el deseo de encajar

Aunque estas técnicas de adaptación social puede facilitar las relaciones, pueden tener un impacto negativo a nivel físico y emocional, derivado del posible estrés que genera al paciente.
Las mayores habilidades compensatorias de las mujeres con tea sin discapacidad intelectual se han asociado con un mejor aprendizaje observacional de la comunicación no verbal, una mejor comprensión intelectual de las reglas asociadas con la amistad, la sociabilidad y la emocionalidad, y la adopción de roles sociales y el uso de guiones.

¿Tienen las niñas y mujeres con tea diferentes patologías psiquiátricas asociadas que los varones?

Los trastornos psiquiátricos comórbidos son comunes en adultos con tea, e incluyen trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (tdah), trastorno obsesivo compulsivo (toc), trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de la personalidad.
Las mujeres con tea pueden tener un riesgo excepcionalmente alto de trastornos de tipo internalizante (ansiedad, depresión, trastornos alimentarios) en comparación con los hombres con tea. Los varones suelen asociar trastornos externalizantes (hiperactividad, irritabilidad…).
Durante la adolescencia la socialización femenina tiende a grupos más pequeños e íntimos, y tiene una creciente orientación afiliativa. Esta forma de relación se ha sugerido como un posible mecanismo para explicar el desenmascaramiento de los déficits relativos de habilidades sociales en las adolescentes con tea, lo que lleva a una mayor aislamiento y síntomas internalizantes.

Tea y mujer: implicaciones para el tratamiento

Lógicamente, si se demora el diagnóstico en mujeres con tea, perdemos la oportunidad para una intervención temprana, incluido el tratamiento de posibles trastornos psiquiátricos secundarios a la falta de identificación y el sentimiento de incomprensión en la sociedad.

En muchos países, incluido probablemente el nuestro, aún existen normas de género. Los factores socioculturales, incluidas las expectativas sociales para las mujeres, a menudo contribuyen a que las mujeres con tea sean más propensas a sentir vergüenza por sus dificultades sociales o de comportamiento o peor aun, a ser víctimas de diversas formas de violencia de género.

Por tanto, lo primero que deberíamos hacer es una buena campaña de psicoeducación sociocultural y acabar con la brecha de género. 

Los comportamientos mal adaptativos y los síntomas asociados a los problemas psiquiátricos que con frecuencia asocian estas mujeres, pueden provocar más angustia y deterioro de síntomas centrales del tea. Pueden impedir el progreso en el entorno educativo, vocacional y terapéutico, y causar angustia significativa en los pacientes y sus familias.

Por tanto, y en segundo lugar, deberíamos reforzar y apoyar la salud mental de las mujeres con tea.

Además de los tratamientos cognitivo-conductuales, en la actualidad existen diversas opciones de tratamiento farmacológico puede dar como resultado una reducción significativa de los comportamientos inadaptados interferentes y de los síntomas de los distintos trastornos psiquiátricos que pueden asociar.

Los síntomas ante los que con frecuencias debemos plantearnos una opción farmacológica incluyen falta de atención, la hiperactividad motora, impulsividad, agresividad hacia otros, las conductas autolesivas, los trastornos del sueño y la sintomatología internalizante (depresión, ansiedad…etc)…

BIBLIOGRAFÍA

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