Si tuviéramos que definir las características de la historia clínica de un paciente tipo con TDAH, seguramente estaríamos hablando de un niño en edad escolar, con dificultades en el aprendizaje y trastorno a nivel conductual derivados generalmente de su hiperactividad, con repercusiones a nivel académico, social y familiar.

Como ya sabemos, los pacientes con TDAH presenta tres síntomas nucleares, hiperactividad, impulsividad e inatención. Sin embargo, el perfil clínico es muy heterogéneo y podemos encontrarnos con niños cuyo principal problema es la inatención, sin otras áreas afectadas y otros con importantes problemas de conducta, trastornos psiquiátricos comórbidos (Trastorno oposicionista desafiante por ejemplo)…etc, englobando ambos bajo el mismo diagnóstico. Esto difícil de entender a priori por los padres, puede simplificarse de acuerdo con el planteamiento del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), el cual a diferencia de lo que sucede en el sistema de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) realizado por la OMS, distingue tres subtipos de TDAH según predomine uno u otro de los síntomas nucleares:

– Trastorno por Déficit de atención con hiperactividad, tipo Combinado (TDAH-C) en el que aparecen criterios de inatención, hiperactividad e impulsividad.
– Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo inatento (TDAH-I) en el que predomina la inatención y presentan un tempo cognitivo lento con conducta normal.
– Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo hiperactivo-impulsivo (TDAH-HI). Predominio de la hiperactividad e impulsividad, suele aparecer en niños preescolares y ser un signo precoz de riesgo de desarrollo del subtipo combinado.