Cada vez son más lo niños que acuden a nuestras consultas para diagnóstico y orientación de un posible trastorno de aprendizaje, etiquetados la mayoría de las veces como un posible Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), cuando en realidad se deben principalmente a un trastorno específico en el aprendizaje de la lectura.
La dislexia es trastorno muy común que afecta sobre todo a niños (4:1) respecto a las niñas) usuarios de cualquier lengua escrita, aunque parece que el aprendizaje de la lectura y escritura en lengua inglesa resulta particularmente difícil por su ortografía opaca y la inconsistente relación entre letras y sonidos, que predispone a cometer muchos errores.
Este dato que hace años podría resultar irrelevante para nuestros alumnos, adquiere su importancia tras la acertada incorporación de nuestra sistema educativo a un bilingüismo que puede perjudicar en cierta medida a nuestros alumnos disléxicos.
En este post hablaremos de la definición de dislexia y sus signos de alarma.
El síntoma más prominente en la dislexia es la incapacidad relativa para adquirir en las primeras etapas educativas el reconocimiento de palabras, teniendo problemas para relacionar un fonema (sonido del habla) con su grafema o representación codificada o simbólica en la página.
La identificación de este síntoma debe ser un “signo de alarma educativo” que permita reconocer a la mayoría de los niños de una manera temprana, evaluarlos y darles el apoyo y tratamiento necesario dentro de la escuela sin recurrir a consultas médicas especializadas.
Sin embargo, esta situación ideal no refleja la realidad de nuestra práctica clínica diaria donde nos encontramos con demasiada frecuencia, a padres y niños que se enfrentan a la oposición de los diversos profesionales con los que consultan, cuando lo que necesitan es la seguridad de que el problema se está tomando en serio por todas las partes implicadas.
La dislexia se define en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la siguiente manera: “La Dislexia o discapacidad específica de lectura, es la dificultad para aprender a leer a pesar de una educación convencional, una inteligencia normal y las adecuadas oportunidades socioculturales”.
Si analizamos detalladamente la definición debemos hacer algunos comentarios:
– Debemos tener precaución al considerar la dislexia como un Trastorno específico del aprendizaje de la lectura pues con mucha frecuencia asocia otros trastornos que repercuten directamente en el aprendizaje y agravan más las dificultades manifiestas. Los más frecuentes son el Trastorno de Escritura, el TDAH, la discalculia, el trastorno del desarrollo de la coordinación y algunos trastornos afectivos y/o comprotamentales.
– Respecto al concepto educación adecuada, es donde suele aparecer el primer punto de choque. Damos por hecho que el niño ha recibido una educación correcta si ha acudido de forma regular al colegio. Sin embargo, algunos padres de disléxicos piensan que la enseñanza recibida por sus hijos ha sido pobre o debería haberse orientado de una manera más específica a las dificultades del niño y son directamente ellos los que solicitan apoyo del pediatra para conseguir una educación más especifica.
– La definición de dislexia también se refiere al concepto de “inteligencia adecuada”. Este dato es muy importante y supone un desafío en la valoración en consulta de los pacientes con trastornos de aprendizaje puesto que en numerosas ocasiones los niños que nos derivan no han pasado previamente por los servicios de orientación de los centros educativos y tenemos que investigar nosotros mismos el potencial intelectual y de aprendizaje.
– Por último, debemos hacer mención a los niños con pocas oportunidades socioculturales, descuidados o que han sufrido maltrato. Este grupo experimenta con mayor frecuencia trastornos del desarrollo del habla y el lenguaje respecto a otros dominios cognitivos, lo cual puede predisponerlos a tener dificultades en el aprendizaje de la lectura. Es importante recordar que el cerebro y el ambiente trabajan juntos para producir las redes neuronales necesarias para la adquisición de la lectura, de manera que independientemente de la capacidad cognitiva, las dificultades en la lectura pueden ser agravadas por experiencias negativas. En este aspecto juega un papel muy importante los pediatras de atención primaria que conocen mejor la situación familiar de los alumnos derivados.
La dislexia es una dificultad para aprender a leer que está presente siempre en los primeros años, por ello debemos conocer sus signos de alarma.

  1. Educación infantil (3-6 años): en esta edad no puede establecerse un diagnostico puesto que es la etapa prelectora. Sin embargo si podemos ver signos de alarma que predisponen su desarrollo principalmente:
    A. Trastornos del lenguaje, principalmente la Dispraxia verbal.
    B. Trastornos de aprendizaje con dificultad relacionar sonidos con letras (procesamiento fonológico), para aprender a escribir y reconocer su nombre, dificultades con los colores, las formas, conceptos métricos, problemas de atención…etc
    C. Trastornos de la psicomotricidad, principalmente fina, pobre habilidad grafomanual, mala representación de la figura humana…etc
  2. Primer ciclo de Primaria (6-9 años): es el momento de adquirir la lectoescritura y el momento de identificarlos.
    A. Trastornos del lenguaje con expresión verbal pobre, dificultades para conjugar los verbos, para expresarse…etc
    B. Trastornos en el aprendizaje de la lectoescritura propiamente dichas, caracterizadas por omisiones de letras o de palabras, adiciones, inversiones, vacilaciones y/o repeticiones; Suelen sentir malestar y rechazar la lectura en voz alta y cuando lo hacen se muestra una lectura carente de ritmo, que no respeta los signos de puntuación, que encuentra mucha dificultad en la lectura de palabras no conocidas y/o pseudopalabras…etc. En la escritura tienen muchos errores ortográficos caracterizados por omisiones de letra o de palabra, sustituciones, adiciones, rotaciones, inversiones, uniones, fragmentaciones; alteraciones del grafismo (por ejemplo mezcla de mayúsculas y minúsculas)…etc. Además pueden tener problemas para manejar conceptos métricos como los días, semanas, meses, horas o las tablas de multiplicar, y dificultades atenciones y/o de concentración.
    C. Desde el punto de vista motriz siguen manteniendo cierta torpeza y les cuesta integrar el esquema corporal y discriminar entre derecha e izquierda.
  3. 2º ciclo de primaria (9-12 años): en este momento debería estar evaluado, diagnosticado y con apoyo psicopedagógico.
    Siguen mostrando problemas a nivel del lenguaje expresivo con dificultad para expresarse adecuadamente, conjugar los verbos…etc
    Respecto a su nivel lector sigue siendo vacilante, mecánico y arrítmico, con dificultades para la comprensión del texto. Muestran mala caligrafía y múltiples errores ortográficos.
    Con frecuencia muestran problemas atencionales y suelen ser derivados al especialista para descartar TDAH en lugar de dislexia.

Debemos aprender a identificar los signos de alarma en la etapa infantil puesto que su identificación y tratamiento precoz mejoran el pronostico.
Para ampliar nuestro conocimiento podemos consultar guías especificas del trastorno elaboradas por distintas Comunidades autónomas.

Recursos online
http://www.madridconladislexia.org/wp-content/uploads/2014/04/Gu%C3%ADa-Madrid-con-la-Dislexia-.pdf
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/ishare-servlet/content/a9327d5e-1443-445e-9d32-18953f54684f
http://dislexiaeuskadi.com/dmdocuments/Dislexia_Charla_Pediatria.pdf

Bibliografía

Anne O’Hare. Dyslexia: what do paediatricians need to know?.  PAEDIATRICS AND CHILD HEALTH 2010;20:7